1866, no es un año cualquiera. La Argentina de Bartolomé Mitre, junto al Imperio brasilero de Pedro II, y el Uruguay gobernado por el partido Colorado, ataca al Paraguay. Sucede la guerra infame contra la digna Paraguay independiente en lo económico y soberana en lo político; gobernada por Francisco Solano López. (El dictador según los ingleses, y los liberales argentinos y brasileños).
En muchas regiones de nuestro país los gauchos obligados a participar de la guerra, como soldados se niegan a pelear. Desertan, en el Litoral, y Cuyo, entre otras regiones. Los astilleros correntinos se declaran en huelga, porque creen que sus intereses, no están con la nación argentina mitrista, sino sus hermanos, son los paraguayos, injustamente atacados. Y no leen libros, la mayoría no sabe leer, pero tienen claro sus intereses, fundamental en política. Dos cultos que leen, como Juan Bautista Alberdi, y el hermano del autor de Martín Fierro, Rafael Hernández escriben contra Mitre, y una guerra financiada por los ingleses.
El mariscal Francisco Solano López, presidía al Paraguay, próspero. Con industrias, y autoabastecimiento. Una nación sin deudas. Luchó, y entregó su vida en los campos de batallas, ante el genocidio contra su pueblo.
A caballo, galopando para unir gauchos y voluntades, anda un soldado de la Confederación Urquicista, alguien que viene de pelear junto al Chacho Peñaloza, otro rebelde contra el proyecto que se impone desde Buenos Aires, liberal y centralista. Ahí va, levantando polvareda por los suelos áridos cuyanos Felipe Varela.
El quijote de los llanos, así le dicen, es perseguido y se exilia en Chile, para rearmar su ejército. El Coronel Varela tiene claro, que la política económica mitrista aliada al imperio inglés, es la que destruye al Paraguay, y a las economías del Interior.
Un 6 de Diciembre de 1866 se levanta en armas el coronel Felipe Varela, y en su Proclama dice,
“Ser porteño es ser ciudadano exclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo, sin patria, sin libertad, sin derecho”.
Y Continúa, “Nuestra nación, (…) tan grande en poder, tan rica en porvenir, , tan engalanada en glorias, ha sido humillada como una esclava, quedando empeñadas en más de cien millones de fuertes…”. Y remata, “Esta es la política del Gobierno de Mitre”